07 diciembre 2012

07 diciembre 2012
Luminosidad del Objetivo


Antes de meternos de lleno en el manejo de la cámara manual, es necesario comentar un par de conceptos previos. Lo sé, la teoría siempre es aburrida, pero necesaria.

Luminosidad del objetivo

LuminosidadLos objetivos, analizados friamente, no son más que un canal por el que pasa la luz hasta el sensor. Sin embargo, ese canal puede ser más o menos ancho, permitiendo que pase más o menos luz hasta el sensor. Tenemos que pensar en la luz como si de una corriente de agua se tratase, y el objetivo como la cañería. Cuanto más ancha sea la cañería, más caudal de luz podrá entrar al sensor por unidad de tiempo, lo que quiere decir que un objetivo más ancho permitirá que entre más luz en un segundo que un objetivo más estrecho. Pues de una manera muy rudimentaria eso es lo que significa la luminosidad de los objetivos.

Dicha luminosidad viene representada en el cuerpo del objetivo con un número que sigue el esquina 1:X, siendo X la luminosidad del objetivo concreto que tenemos en la mano.

Se han escrito ríos de tinta sobre lo que significa ese número, llegando a decirse burradas del estilo es la cantidad de luz máxima que puede haber, o cosas como objetivos más luminosos que la propia luz o que captan más luz de la que hay. Por supuesto, esa última afirmación es completamente imposible.

Realmente ese número no es más que una relación -división- entre el ancho de la lente frontal y la longitud del objetivo. Los aficionados a la astronomía conocen muy bien esa relación, usada en los telescopios. Por tanto, el primer 1 representa la relación de un objetivo que tenga el mismo ancho de lente frontal que largo de cuerpo. El segundo número, después de los dos puntos, representa la relación de ancho de lente entre longitud de nuestro objetivo.

Por supuesto, es posible que algún objetivo sea más ancho que largo, por lo que su relación será 1:0,X -por ejemplo 1:0,9- y no pasa nada (salvo que nos tendremos que dejar el sueldo de un año para comprarlo).

Cuanto más próximo a 1 -o más bajo- sea nuestra relación, más caudal de luz penetrará en el sensor en la misma cantidad de tiempo y, por tanto, más rápido podremos cerrar el diafragma -que veremos la semana que viene- para tomar la foto.

Por supuesto, esto va en función del precio del objetivo. Aunque no todo es positivo, ya que un objetivo muy luminoso -con el número muy próximo a 1- creará un efecto de difracción molesto, ya que la luz se tendrá que expandir mucho para abarcar todo el círculo del objetivo y se verán poco nítidos los bordes. Además, hay otro término que ya hemos comentado, el de profundidad de campo, que va muy relacionado con este número.

En general los objetivos luminosos -y caros- suelen rondar el 1:1,4 ó 1:1,8 o incluso 1:2 ó 1:2,8. Los más modestos tendrán una relación de 1:4,5 ó 1:5,6.

Si el objetivo es zoom, posiblemente tenga dos valores de luminosidad, uno para la distancia focal más corta y otro para la más larga, por ejemplo 1:3,5-5,6

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