26 octubre 2012

26 octubre 2012
Partes y Cuidados de la Cámara


¡Ya tenemos cámara! ¡Y vaya lo que nos ha costado! Pues para poder maximizar su vida, es conveniente tener presente una serie de consejos para su limpieza y cuidado.

Esquema réflex Pero antes de eso, es necesario conocer un poco sus tripas para entender como cuidarla. Primera cuestión, ¿por qué una cámara réflex se denomina así? pues se debe precisamente al sistema de visionado que se basa en la reflexión de la luz. La luz -que forma la imagen- entra por el objetivo de la cámara y llega hasta el sensor, en el que plasma la imagen. Pero antes de llegar a este, se encuentra un mecanismo que nos permite ver lo que el objetivo capta para poder encuadrar, enfocar, etc. Es el espejo. Este espejo tiene un mecanismo retráctil que permite esconderlo para que la luz pase libremente al sensor, cosa que sucede cuando apretamos el disparador. Sin embargo, mientras está bajado, la luz rebota en éste y se proyecta a la parte superior de la cámara, donde hay un prisma que redirecciona la luz hasta el visor donde acercamos el ojo.

Es importante tener presente que aunque la cámara parece un todo robusto, tiene dos partes bien diferenciadas: el cuerpo y el objetivo. Normalmente este último se acopla al cuerpo mediante una montura con sistema de bayoneta (que puede ser metálico o plástico, por supuesto mucho mejor el primer) que fija y aísla el conjunto. El cuerpo dispone de un botón que libera el objetivo.
¿Cómo debemos cuidar estas partes?

Cuidados del cuerpo

El cuerpo suele ser metálico con un recubrimiento de plástico. Su limpieza es realmente sencilla. Normalmente con un paño húmedo o una bayeta de microfibras podemos limpiarlo sin excesivo problema. Es importante poner atención a las partes de cristal, como la pantalla trasera, la pantalla superior -si existe- y, sobre todo, el visor. Son elementos más delicados que debemos tratar como se merecen y en el caso del visor, intentar no dejar ningún resto de suciedad. Es cierto que esto no afecta a la imagen obtenida, pero es muy molesto a la hora de encuadrar. Fundamental limpiar bien el cuerpo antes de separar el objetivo, para minimizar el riesgo de que entren partículas de polvo y suciedad a la parte interior de la cámara.

EspejoEs, precisamente, esta parte interior la más delicada. Al retirar el objetivo, nos encontramos de lleno con el espejo. Este espejo está ajustado milimétricamente y no se debe tocar NUNCA, ya que podría desajustarse. En caso de necesitar limpiarlo, lo idóneo es hacerlo con una pera de soplado y, en casos extremos, usar una pera con perilla y ROZAR el espejo con la perilla. Al igual que con el visor, aunque la suciedad en el espejo molesta a la hora de encuadrar, no afecta a la imagen resultante, ya que el espejo está en posición elevada a la hora de sacar la foto.

Si levantamos el espejo -normalmente las cámaras tienen una opción para esto en el menú, a fin de poder limpiarla- nos encontramos con el obturador, un elemento mecánico de laminillas MUY delicado. No se te ocurra tocarlo. Debajo del obturador nos encontramos el sensor. El verdadero corazón de la cámara y una pieza extremadamente delicada. La máxima limpieza recomendable es el soplado con pera. Los sensores modernos suelen incorporar un sistema de autolimpieza que quita algunas partículas de polvo. Si hiciese falta limpiar más a fondo el sensor, es conveniente llevarlo a un servicio técnico, pues además de delicado, es un proceso peligroso, ya que podemos rayar el sensor o incluso inutilizarlos si usamos algún líquido de limpieza inadecuado.

Si quieres saber si en tu sensor hay suciedad, hay un truco muy sencillo: coloca un objetivo, cierra el diafragma a tope -si no sabes de qué te estoy hablando, no te preocupes, lo veremos más adelante y podrás comprobarlo- y saca una foto a una pared o un cielo azul. Ahí verás si hay manchas en forma de puntos o rayas.

Si tu cámara es una EVIL, mucho ojo, porque al quitar el objetivo te encuentras de lleno con el sensor. Ni espejo ni obturador.

Cuidados del objetivo

Debemos prestar especial atención a las lentes delantera y trasera del mismo. No es conveniente tocarlas ni limpiarlas con nada que no sea una pera de soplado -siempre soplar primero- y un paño óptico describiendo círculos concéntricos de la parte central hacia el borde. Recuerda lo del soplado, porque como haya alguna partícula de arena, al frotar con el paño, imagina lo que puede pasarle al cristal…
Mucha gente usa filtros protectores UV para las lentes… de ellos hablaremos la semana que viene…

0 comentarios :

Di lo que piensas...

cesar.dguez@gmail.com