22 febrero 2013

22 febrero 2013
Efectos Fotográficos (y II)

¿Y qué efecto fotográfico podemos conseguir con el segundo de los parámetros, la apertura de diafragma?

Pues jugar con el diafragma del objetivo nos permite obtener uno de los efectos más apreciados por los fotógrafos: el enfoque selectivo o profundidad de campo.

Cuando abrimos mucho el diafragma, creamos un curioso efecto llamado enfoque selectivo que nos permite dejar perfectamente enfocado el punto sobre el que hemos hecho foco y desenfocados el resto de planos, anterior y posterior, dando al espectador un indicador claro de lo que debe destacar en la fotografía.

Aunque esto puede parecer extraño, pensemos que es como funciona nuestro ojo: si en un espacio grande ponemos un dedo delante de la cara y vemos hacia él (enfocándolo), automáticamente el fondo de la habitación pasa a estar desenfocado, y viceversa.
apertura1

Este interesante efecto no depende sólo de la apertura, sino también de la focal empleada y de la distancia de enfoque. Cuanto más grande sea la focal, cuanto más teleobjetivo sea nuestro objetivo, más sencillo es conseguir este efecto. Un 200 mm. nos permitirá desenfocar fondos con mucha más facilidad que un 50 mm. y no digamos un 24 mm., con el que sudaremos para conseguirlo. Por otro lado, la distancia del objeto enfocado también afecta. Cuanto más cerca esté el objeto foco, menos distancia entre planos necesitaremos. Para entender esto: si tenemos dos objetos separados un metro, objeto A y objeto B, estando el B detrás del A, si enfocamos al A a 5 metros de distancia, posiblemente nos resulte difícil conseguir desenfocar el B. Sin embargo, si estamos a 20 cm. del objeto A, el B nos saldrá desenfocado casi seguro.

Jugando con este efecto se consiguen esos fabulosos primeros planos y fotos de macro, donde lo realmente importante es lo único que se ve nítido. Nuestro ojo siempre busca la nitidez, por lo que directamente centrará su atención en lo único que distingue claramente.
Apertura2

En el otro extremo, según cerramos diafragma, vamos ampliando esa zona nítida, lo que llamamos profundidad de campo. Este efecto contrario es muy apreciado por ejemplo en paisajes. Para ello, se usan focales cortas y un enfoque a infinito, normalmente.

Si decidimos hacer una fotografía con alguno de estos efectos, no tenemos más que colocar el diafragma que deseemos y ajustar la exposición por el otro valor, la velocidad de obturación.

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